Reconócelo: tu armario es un desastre. Jamás hay sitio para los zapatos, bolsos, complementos o cualquier otra cosa que tenga que estar guardada. ¿Cuál es el problema? ¿Pocos armarios? ¿Poco espacio en ellos? O, quizá seas tú…

Te enseñamos cómo evitar ese caos de armario; basta con que empieces a repetir mentalmente: control, planificación, organización y, por supuesto, un equipamiento correcto.

PLANIFICACIÓN.

¿Qué hace ese armario en tu habitación? Era el que cabía en el hueco, ¿verdad? O el que estaba de rebaja… Bien, si no pensaste de inicio en las necesidades a cubrir tendrás que ir tirando de accesorios para sacarle todo el partido al interior. No solo hay que planificar sobre el continente, tan importante o más el contenido. A ver, revisa si tus prendas son de colgar o de doblar, si son vestidos o prendas largas, si los complementos los cuentas por kilos…

Una vez que tengas claro qué necesidades cubrir lo ideal es hacer un esquema del armario idóneo sobre papel; si dispones de una aplicación informática de las que ponen a tu disposición las firmas de decoración, mejor que mejor.

ORGANIZACIÓN.-

Como ya sabemos qué necesitamos almacenar y qué tamaño tiene, también vamos a saber qué huecos o espacios nos van quedando libres: las barras de colgar suelen ser estupendas para dar contenido a estos lugares. Existen unas medidas más o menos estándar para hacer el diseño de tu armario ideal. Los abrigos y vestidos debes colgarlos en un espacio que cuente entre 140 y 170 centímetros de largo. Las blazers y cazadoras, entre 100 y 130 centímetros. Para blusas, camisas, jerseys y demás partes superiores nos bastarán con 90-120 centímetros. Las prendas cortas o dobladas y colgadas de la parte inferior (pantalones y faldas) quedan bien estiradas en un espacio que cuente con 60-90 centímetros.

En cuanto al ancho, pues va a venir determinado por la cantidad de prendas que pretendas guardar. El indicador perfecto es que las prendas no se arruguen estando colgadas. Si compartes armario, sin concesiones: no se invade el espacio del otro si se planifica bien en función de las necesidades que cada uno tiene. Cada cual, su espacio.

Un armario sin control es una caja grande que almacena ropa imposible de encontrar; minutos y minutos buscando aquellos pantalones que hace un siglo que no ves. Por eso nos conviene tener las prendas clasificadas. El sistema es fácil: coloca en el centro del armario las prendas que más uses; los rincones o lugares de más difícil acceso se reservan a las prendas de las grandes ocasiones, que no se en tu caso, pero en el mío son pocas. Y, en todo caso, puedes aplicar este cuadro para ver de qué puedes prescindir.

Otra forma de clasificar es dividir por temporadas: los abrigos colgados al lado de los shorts ofrecen una imagen caótica. Si tienes espacio saca fuera de tu armario la de la temporada contraria.

Los estantes fijos pueden ser otro desastre… Pisos y pisos de camisetas inestables y arrugadas; para elegir una necesitamos mover todas las demás… Quizá haya llegado el momento de sustituir estas estanterías fijas por bandejas extraíbles, de más fácil acceso a lo almacenado. Y ya los cajones, para qué te voy a contar…. Distribuye por capacidades: los de mayor fondo y altura para jerseys, pijamas o prendas con volumen.

Qué mala costumbre tenemos: no iluminamos nuestros armarios, siempre nos basta con la luz exterior de la estancia en la que los situamos. Y es un enorme error, pues está claro que buscar las prendas se convierte en una tarea completamente agotadora y desesperante. Muchos armarios modernos ya las traen incorporadas; en nuestro caso no tendremos más que instalar un par de focos o una tira de luces led para encontrar lo que estamos buscando a la primera.

A los altillos enviamos las cosas de poco o casi ningún uso o ropa de otra temporada. Está bien, pero, por favor, nuestra seguridad es lo primero: cuidado en cómo colocamos las cosas, nada de guardar cosas muy grandes o pesadas, ni de colocarlas de cualquier modo: se nos caerán encima. El modelo ideal de armario es el que nos permita ir añadiendo prendas a nuestro fondo de armario. Aquí intervienes directamente tu: de forma proporcional debes ir eliminando las prendas que ya usas. ¿Sabes a cuánta gente ayudaría ese simple gesto de desprenderte de lo que ya no te es útil a ti?

Papel, lápiz, planificar, diseñar y clasificar. Todo en orden.